20 de octubre de 2010

DE UNA RAIZ SIN DUEÑO



DE UNA RAIZ SIN DUEÑO

El camino recorrido, fue el aquelarre
del temblor del alba,
que acompañaba tercamente
las sombras, despejando
las raíces de gestos altaneros
que ya no tienen dueño.

Sordas raíces
embaucando a todos los encuentros,
negros desafíos
en medio de la selva
donde nada florece,
y todos los actos son partidas.

Monumentos que saludan alegres,
a los monstruos soberbios de la noche,
y tropiezan los pasos
en la tibias raíces
que ya no tendrán dueño,
ni hojas, ni ramas,
ni pájaros en su copa nueva.

Raíces semisumergidas,
ocupando hacia abajo
de la tierra,
los agujeros del tiempo
que ha partido.
Agujeros sensitivos
para fieles caminantes,
donde se quiebre
el ímpetu, de conocer,
taciturno homenaje
a lo que no fue,
a lo que ya no podrá ser,
a lo ido.

Reminiscencias de imágenes
donde todo se detiene,
y el hombre desde la orilla, mira;
y llegan los recuerdos, aquellos
que bañaban las playas
con la astucia de la espuma,
en un mar inexistente y frío,
un vacío sin próximo salto
hacia el abismo.

Lucía Serrano

3 comentarios:

  1. No resignarse a la lamentación de lo que no fue como quisimos sino avanzar en la esperanza y el esfuerzo por lograr que sea hoy lo que si queremos que sea... es hoy lo que cuenta, siempre...

    Hacia tiempo que no e leía, me encantó.

    De corazón, esencia.

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  2. Queda la memoria-que no es poco- y mirar/contemplar desde la orilla.

    Casi es inevitable el color del atardecer para la elegía.

    Frente al réquiem de lo pretérito nos queda el bolero del subjuntivo:lo todavía posible.

    Un abrazo.

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  3. Me encanta, me ha puesto la piel de gallina...

    la foto es impresionante!

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