2 de junio de 2011

POR OSADIA

Cuando por osadía imagino la monárquica hermosura de enamorarme de ti.
Veneno de la serpiente dorada a quien sólo mis pasiones amenazan.
Pierdo las ansias en todos los caminos largos.
Desconfío.
Engañada la sirena miente y tiene miedo de perderse.
Decide entonces, no partir.
Engaño consciente que la voz provoca.
Dócil hermosura que todo lo confundes.
Halago los cuidados de tu boca,
en palabras que lejanas se refieren a mí.
No respetaré tus penas, tus tristezas, tus silencios, tus ausencias.
No acordaré con tu muerte, aunque el día que te conocí ya habías muerto.
Yo amé la palidez, lo blanco de tu rostro enamorado de la confusión.
Furioso corazón destrozado, inadvertido.
¡Oh Paris, tu extravagante ausencia es lo que yo quisiera!
¡Oh Paris, la inquietud de la sagrada mercancía transportada en las orillas del Sena!
¡Ven libertad, estatua sin vuelo!
Esta inmensa batalla es mi vida.
Yo amaba el silencio de los atardeceres, donde el amor exaltaba su huída, su particular manera de haberse marchado.
No presentí ningún milagro, no tuve inquietud por las apariencias.

(del libro inédito de Lucía Serrano "MASCARAS")

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