4 de marzo de 2013

LA CLARIDAD - EDGAR BAYLEY



Me ha tentado siempre la claridad 
Y la claridad se me ha negado a veces 
Como un pájaro que vuela en sueños 
Y cae y sigue cayendo 
Sin volar 
Como peso muerto 

Me ha tentado siempre la claridad 
Especialmente la claridad de las hojas de saúco 
También la claridad del guijarro 
Y de las ramas de abeto 
Y la rápida y voraz claridad de una salamandra 

He querido tener claridad para mirar 
Los terrones del campo recién removido 
Y para mirar también el mismo arado 
Y el agua que se desliza límpida por la acequia 

Claridad he querido para recorrer tantos sueños 
Y glorias y poderes y dispersas situaciones y gentes 
Y para estar en el aire sin ausentarme del fuego 

Me ha tentado siempre la claridad 
De estar totalmente en cada flor 
En cada herida o condena o semilla 
He querido tener claridad para vivir 

Y cuando al fin pude definir la claridad que yo buscaba 
Advertí cuánto sueño y plumón y roja tierra 
Y confusión y olvido hacen falta para comprender claramente 
Y estar aquí con total lucidez sentado a la vera del camino 
Avivando el fuego bajo el cielo y el polvo de las horas 

Y como me ha tentado siempre la claridad 
Aquella vez cuando bajo un abierto y extendido sol 
Comenzaron a encresparse las aguas de la bahía 
Hasta adquirir un tinte violáceo 
Y un gran pájaro blanco surgió de repente de entre las nubes 
Batiendo sus alas y revoloteando suavemente a mi alrededor 
Decidí que era el momento de arrojar estas palabras al mar 
Porque la claridad que tanto he buscado 
Sólo está en algunos silencios 
En algunos espacios en blanco 
Antes y después de unas pocas y triviales palabras 

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