21 de enero de 2014

FOTOGRAFÍA


Cuando mi madre posó
para éste que fue su único retrato,
apenas consintió en tener la sienes curvas.
De todos modos, hay un deseo de belleza en su rostro
que una doctrina dura ha contenido.
La boca es conspicua,
pero las orejas se muestran.
El vestido es negro y cerrado.
El temor de Dios circunda su semblante,
como una cadena. Luminosa. Pero cadena.
Sería un retrato triste
si no viese en sus ojos un jardín.
No de aquí. Pero jardín.






Adelia Prado



(Traducción: Claudia Schvartz 
y Fernando Noy)

1 comentario:

  1. hola lucia corazon lo que relatas de tu madre es la esencia que transmites en tus letras, antes la fe iba en el rostro de las mujeres, seguro la belleza la mostraba en su cara y que tengas un bonito dia besitossss

    ResponderEliminar

https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=2826493871469319904#postandcommentsettings