6 de junio de 2014

VERANILLO DE SAN MARTÍN

Las colinas y las riberas del Po son de un amarillo
   quemado
y hemos subido hasta aquí arriba para madurar al sol.
Como si fuese un amigo, esa mujer me cuenta:
Mañana mismo abandono Turín para no volver nunca.
Estoy harta de pasar la vida entera encarcelada.
Se respira olor a tierra y, más allá de estas plantas,
en Turín, a esta hora, todos trabajan encarcelados.
Vuelvo al hogar de los míos donde, por lo menos,
   podré estar aislada
sin llorar ni pensar en los seres vivientes.
Allí, me coloco un delantal y me desahogo
   contestando desabridamente
a los míos y ya no vuelvo a salir durante todo el
   invierno.
En los pueblos, noviembre resulta un mes muy bello:
hay hojas color de tierra, nieblas por la mañana,
está también el sol que disipa la niebla. Lo digo para
   mis adentros
y respiro el olor a frío que tiene el sol matutino.

Me voy porque Turín está demasiado bella a esta hora:
me gusta callejearla y contemplar sus gentes
y he de estar encerrada hasta que imperen las sombras
y sufrir sola en la noche. 
Me quiere cerca de ella,
como si fuese un amigo: hoy no ha ido a la oficina,
para encontrar un amigo. 
¿Mas puedo estar tan sola?
Día y noche: oficina, escaleras y alcoba;
si salgo de noche a dar cuatro pasos no sé dónde
   meterme,
regreso malhumorada y, por la mañana, no quiero
   levantarme.
Sería tan hermosa Turín -pudiéndola gozar-
solamente con poder respirar.
 Las plazas y las calles
tienen el mismo perfume de sol tibio
que percibo entre estas plantas. Vuelves al pueblo.
Pero Turín es el más bello de todos los pueblos.
Si hoy encontrase un amigo, me quedaría aquí
   siempre.


CESARE PAVESEItalia-1908
De "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos"

1 comentario:

https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=2826493871469319904#postandcommentsettings